Hace rato estoy con la idea, y la necesidad de retomar la escritura. Sin embargo no conseguía la inspiración y lo que es peor, el tiempo. Días atrás, y a raíz de la revelación de algunas anécdotas amorosas, varios de mis amigos han coincidido en que llegó el momento de contar “historias”. Pero no cualquier historia. Ellos quieren que comparta la colección de anécdotas que para bien o para mal, he acumulado gracias a ciertos hombres que se cruzaron en mi camino. Y me pareció una buena idea, porque en estos últimos años, cada vez que me preguntan qué hago sola, contesto “coleccionando anécdotas”; y hasta he llegado a decir que si escribo un libro contando esas anécdotas me podría llenar de plata. A decir verdad, hoy no creo que eso suceda. Pero al menos nos habremos divertido un rato, yo porque las viví y no puedo más que reírme cada vez que las recuerdo, y ustedes porque estoy segura que algunas de ellas les resultara simpática, no solo porque creo lo son en sí mismas, sino también porque creo les traerá a la memoria alguna situación parecida o delirante del calibre de estas anécdotas que les voy a contar.
Para ubicarlos un poco, me voy a presentar.Porque gran parte de la comicidad de las anécdotas, podrán confirmarlo los que me conocen y ya las han escuchado, es que me hayan pasado a mí! Tengo un humor especial, yo diría ladillezco. Me encanta reflexionar, argumentar, y hasta delirar. Suelo hablar difícil en ciertas ocasiones. Difícilmente me quede mucho tiempo quieta. Soy curiosa. Tengo un defecto, no tolero no entender algo o a alguien. Soy terca. Me encapricho hasta entender y no me gusta un “porque sí” de respuesta o un “es así, no lo vas a cambiar”. Tengo un olfato incapaz de perdonar el más mínimo olor desagradable. Oídos quisquillosos que no toleran a las personas ruidosas al comer, ni los ruiditos molestos de los seres in-quie-ti-tos. Me da fiebre los que hablan como en la cancha y se olvidan todas las s. Soy intolerante con el mal uso del lenguaje. Y con la vestimenta ridiculísima. Ni hablar de esos peinados… Difícilmente encuentre las palabras menos duras para decirte lo que pienso. Difícilmente me hagas enojar, difícilmente te mande a la mierda si me lastimás. Difícilmente reaccione. Soy víctima de la carencia de afecto de mi viejo. Me cuesta, todavía, salirme de ese lugar aún siendo consciente de ello... Con lo cual, un tipo dulce y cariñoso me puede, me pierdo. Pero los años pasan y la sabiduría sin quererlo, parece haber ido en aumento. Y si me canso mucho, reacciono, y si me pierdo y me encuentro sola, con dolor y valor, vuelvo. Tengo una virtud. Nada me para. Sigo de frente. Con algún stop temporal, pero de frente, avanzo. Creo siempre. Soy sumamente temperamental. Tengo la necesidad de meterle pasión a todo. Y de salir, enfrentar la vida. Soy relativamente feliz. No tengo de que quejarme. Pero busco el amor. Necesito un amor. Que me ame y a quien amar. Entonces estaré totalmente feliz.
Por lo pronto abrí un negocio, para conocer “hombres”, y quien sabe, un amor. Busco a un tipo adecuado. No al príncipe azul, porque ese dicen que no existe. Un tipo que me merezca y le merezca. Que esté y no desaparezca. Que vaya de frente. Y si, abrí un negocio, con una sucursal, porque el mercado tradicional (soy economista, creo en la oferta y la demanda, y en el equilibrio, estable e inestable) está súper duro y encontrar a ese tipo no resulta fácil. El primer negocio se llama Match.com y abrió el 1 de enero, y su sucursal, Zonacitas.com.ar abrió dos meses después. Desde entonces, las anécdotas han crecido en forma exponencial. Si están solos, visítenlo, después me cuentan. Y hasta quizá, después también escriban un blog.
LA PRIMER ANÉCDOTA - Me tocaste el ego
Como les decía, estas son anécdotas amorosas, situaciones que me tocaron vivir porque hubo un hombre de por medio, y que muchas veces ellos mismos son los artífices y yo no creo haber tenido nada que ver con el desenlace o la ocurrencia misma de la anécdota. Mi hermana, psicóloga, seguramente tendría otro enfoque. Pero acá estoy escribiendo yo!
Había pensado comenzar con anécdotas del pasado, y contarles como llegué al negocio, y cómo funciona. Pero la verdad, la anécdota de ayer supera lejos cualquiera de las ya vividas, por lo cual no puedo menos que empezar por ésta. No me animo a decir que supera cualquiera que esté por venir, porque siempre hay alguien que te sorprende. Mañana volvemos al pasado, y ordeno la exposición. Hoy arrancamos, y tiene que ser con lo mejor!
Matías me envió un mail la semana pasada. No tenía perfil en ningún lado porque luego de enviarme el mail, se dio de baja. Su mail decía lo habitual, que le gustaría conocerme, y que si estaba de acuerdo, me mandaba unas fotos y lo sumara al MSN. Ok. Lo agregué al MSN y le pedí, previo saludo cordial, las fotos prometidas. Reaccionó un poco mal, dijo “ah, todo pasa por ahí!” – y la verdad que no pasa todo pero casi, al menos si empezamos por Internet! Envió sus fotos, 4 fotos. En sólo una se veía nítidamente. En forma de chiste, porque juro fue con humor, le dije si había hecho el esfuerzo por seleccionar las fotos menos nítidas que tenía en su book, realmente era lo mismo no haberlas enviado! Y nuevamente reaccionó mal “bueno es lo que hay” – ok. Ya de entrada me pareció un poco engreído. Chateamos un par de veces, nada del otro mundo. Resolvimos conocernos el finde, pero no se dio. El tuvo un cumpleaños el sábado, yo reunión familiar el domingo. Entonces quedó para el lunes después del trabajo. Trabaja a media cuadra de mi oficina. Sin embargo prefirió encontrarnos en un café de Puerto Madero. Confieso que fui con muy poca expectativa. Algo me decía que era un engreído. Su Facebook solo tiene fotos de su nueva casa en Pilar… que se yo… no me pareció muy normal. Generalmente uno en el Face tiene fotos suyas, o de amigos, de viajes… no? A las 18.45 hs nos encontramos. Era bajito. Me mintió en la altura… varios puntos menos, la mentira en este negocio es moneda corriente, pero no todos usamos esos billetes. Depende de la seguridad de cada uno… tomamos un café cada uno, de 10 mangos. La charla fue amena. El pibe, charlando, no parecía tan engreído como imaginaba. Tampoco me deslumbraba. Un tipo correcto. Educado. Materialista a full. Y un poco a la defensiva en esto de conocer gente por Internet. Yo era su primera vez! Tipo 20.45 hs nos levantamos y nos fuimos. Pagó el. La verdad es que yo estaba buscando dinero en mi cartera y el pibe lo percibió y con cara de no me hagas calentar, me dijo “que estás haciendo?” – buscando la tarjeta del subte, le dije. “ah, pensé que estabas buscando dinero” – igual no hay problema, le digo. “dejá, la próxima va por tu cuenta”. Ok. Y nos levantamos. Algo hablamos de que había sido interesante la salida. Pero bueno, para mí con interesante no llegamos a ningún lado, y la verdad es que no hubo match, al menos de mi parte. A la mañana siguiente tenía un mail del fulano. Me preguntaba que me había parecido la salida, y que si daba para una salida más le dijera así coordinábamos. Y le contesté, juro, cordialmente, educadamente, como soy yo, que la había pasado muy bien pero que no creía que fuera posible surgiera la química que yo buscaba, y no tenía sentido hacerle perder el tiempo… nadie podía sentirse herido con ese mail. Y se desató la anécdota. Paso a transcribir los mails que me mandó:
2° MENSAJE EN FACEBOOK:
Bueno ya que para vos no es así, entonces te pido por favor que me pagues los 10 pesos que gasté en tu café, avisame cuándo o dónde nos juntamos, o sino te paso una cuenta bancaria para que me lo deposites de manera urgente, porque a mí no me sobra la plata.
3° MENSAJE A LA CASILLA DE MAIL:
Tte pido de manera amable y cordial que me devuelvas los 10 pesos que gasté en pagarte el café y conocerte. Ya que no hubo onda para vos, y no valió la pena, entonces te pido por favor que me lo devuelvas. En caso de que no me lo quieras dar personalmente, ya que no me interesa volverte a ver, te paso una cuenta bancaria para que me hagas el depósito de forma rápida y efectiva.
Banco Francés Caja de Ahorros $ 101-37787/0
CBU 0170101841111113798700
Gracias, espero tu amable respuesta.
4° MENSAJE A LA CASILLA DE MAIL:
Bueno muchas gracias, avisame para poder ver mi estado de cuenta. Te agradezco enormemente en serio, sabés lo que pasa? en vez de haber tirado diez pesos, prefiero donarlos a alguien que realmente lo merezca. Te deseo suerte en tu búsqueda. Espero tu confirmación del deposito en la semana, gracias de nuevo. Saludos adiós
Demás está decir que no me enganché en la locura de contestarle cosas como “usá la guita en un psicólogo, pedazo de ratón!” ni cosas por el estilo. Lejos de eso, me limité a hacer la transferencia, de $10, y avisarle, en el mismo asunto “ya tenés tu $”. No le depositen plata… modifiqué la cuenta.
